La tecnología ha ayudado a construir un mundo más eficiente, seguro que estáis cansados y cansadas de escucharlo, pero también ha ayudado a hacer de nuestra realidad algo mucho más justo. Gracias a la tecnología, ahora se pueden controlar cosas que antes eran imposibles de demostrar y que juegan en beneficio, por ejemplo, de todos los trabajadores y trabajadoras. Hablamos, por ejemplo, de una tecnología como la que tiene que ver con el control de registro horario en los trabajos. Gracias a ella, ha sido posible que los empleados y empleadas no hagan horas extra sin que se las paguen.
Hasta hace bien poco, lo más normal es que hubiera gente trabajando de más sin que eso se viera repercutido en su nómina de cada mes. La situación laboral de las miles y miles de personas que se encontraban en esta tesitura no era en absoluto la adecuada, pero eso ya es, en muchísimos casos, algo propio del pasado. Y para aquellas personas que sigan sufriendo problemas de este tipo, han de saber que su empresa está cometiendo una ilegalidad que se puede denunciar. No hay derecho a que se sigan cometiendo los abusos de toda la vida.
Fue en el mes de mayo de 2019 cuando entró la obligación de que los trabajadores ficharan en las empresas. Así lo hacía saber una noticia que os acabamos de enlazar y que procede de la página web del diario El País. Desde luego, ya llevamos dos años con esta medida y hay muchas personas que han encontrado la manera, gracias a ella, de combinar de una mejor manera la vida laboral con la personal, una demanda que los sindicatos llevaban décadas pidiendo pero que no terminaba de darse en multitud de ocasiones. Ahora, al menos, esa es una realidad más factible.
Sin embargo, ¿es fichar en el trabajo una medida asentada en los tiempos que corren, más de dos años después de su implantación? Eso es lo que se pregunta en un artículo publicado en la web Escuela de Negocios y Dirección. Podríamos decir que la respuesta a esa pregunta depende de la tecnología. Si utilizamos un sistema informático o tecnológico para fichar, podemos decir que esta es una medida asentada porque cumple con el cometido para el que fue promulgada: cuidar de que los trabajadores no hicieran horas extra y, en su caso, que las cobraran. Sin embargo, son muchas las empresas cuyo fichaje se elabora de una manera manual, con papel y bolígrafo. En esos casos, tan fácilmente manipulables, la medida no está asentada ni mucho menos.
Después de más de dos años en los que ya es obligatorio el fichaje en España, todavía son muchas las empresas en las que se sigue fichando con papel y bolígrafo, algo que puede dar lugar a la computación de un tiempo que no es real por parte del trabajador, tanto para su beneficio como para su perjuicio. Eso sí: han sido muchas las entidades que, analizando esta situación, han decidido apostar por la tecnología para paliar el problema. Es lo que nos comentan desde Registro Jornada Laboral.
Justicia… para todos
Hemos hablado de justicia en los párrafos anteriores y debe entenderse esta justicia como algo inherente a todo el mundo. Es decir, el empresario no puede abusar del trabajador en lo que a horario se refiere, pero el segundo tampoco puede hacer menos tiempo por el que se le ha contratado, no al menos sin justificación. La justicia ha de ser para todo el mundo. La picaresca española, en este caso, debe quedar reducida a nada.
Estamos seguros de que, gracias a los sistemas de fichaje tecnológicos o informáticos, son muchas las personas que han encontrado la manera de evitar todas esas injusticias que se venían produciendo desde hacía mucho tiempo. Da igual desde qué óptica se mire este asunto, si desde la del emprendedor o la del trabajador. Está claro que supone un problema de calado para la persona que lo sufre. Y es de justicia que esas situaciones desfavorables se controlen y se solivianten a la mayor brevedad posible. Lo contrario no sería beneficioso para nadie porque, por mucho que sacara tajada de alguna de estas injusticias, podría llegar el momento en el que otra persona le diera de su propia medicina.
Estamos seguros de que, antes o después, las empresas estarán obligadas a que el fichaje de sus empleados no quede reflejado en un simple papel con la cantidad de falsedades que se pueden contener en él. Lo cierto es que no cabe la menor duda de que esto permitirá que los datos recogidos sean de la máxima credibilidad, que es de lo que se trata. No habrá trampa ni cartón cuando esto suceda.