El binomio de calidad y tecnología, una apuesta segura para el fortalecimiento de las empresas

El avance social y económico asociado a la tecnología es algo tan grande y tan evidente que todavía no alcanzamos a valorar todas las ventajas que están asociadas a ellos. Lo cierto es que son muchas las cosas que ahora hacemos y que antes eran más propias de un sueño que de la realidad. No tiene que ser objeto de ninguna duda el hecho de que el progreso está ligado en buena medida a la tecnología y que, si mejora la segunda, es bastante más probable que podamos avanzar en lo que tiene que ver con el primero. 

La tecnología ha sido un medio eficaz para apostar por una cuestión como lo es la calidad. Se trata de un asunto del que no debemos pasar en absoluto puesto que de esa calidad depende la reputación de nuestro negocio y los más que posibles beneficios que se desprenden de ello. La gestión de esa calidad es un asunto que se ha convertido en algo bastante más fiable ahora que cualquier otro medio anterior gracias a los avances informáticos y tecnológicos que han ido llegando paulatinamente hasta nuestros días. Y todavía queda margen de mejora. 

La tecnología ha permitido el diseño de sistemas informáticos que han hecho del control y de la gestión de la calidad en el seno de una empresa algo posible. Ahora, todas las organizaciones son conscientes a tiempo real de la calidad de sus procesos y, además, disponen de alternativas para implementar mejoras y corregir errores. Eso se termina traduciendo en la elaboración de productos mucho más completos o la prestación de servicios de más valor para el cliente. En definitiva, la gestión de la calidad es algo que nos viene bien para mejorar y competir con otras entidades que puedan constituir un peligro para nosotros dentro del sector. 

Son muchas las empresas que, en los últimos años, se han visto abocadas a realizar una mayor apuesta por la calidad. La competencia entre las empresas ha ido creciendo tras la crisis del año 2008 y la adopción de herramientas y métodos para mejorar los procesos y servicios se ha erigido como una de las actividades principales en este tipo de organizaciones. Desde Q-Bo, una nómina de profesionales encargados del diseño de softwares para la gestión de la calidad, nos han corroborado esta información haciendo especial hincapié en el margen de mejora que todavía existe en este campo a día de hoy. 

Para una gran cantidad de entidades, disponer de softwares como de los que venimos hablando ha supuesto un antes y un después. Y es que el hecho de saber cómo podemos obtener una mejor gestión de la calidad de los productos y procesos de nuestra organización es clave para hacer mejor las cosas y tener así la posibilidad de mejorar, incrementando de este modo las opciones que tenemos de crecer en cuanto a notoriedad y también en cuanto al nivel de ingresos de la entidad, que es de lo que se trata en el mundo empresarial. 

Las empresas españolas han notado el cambio 

Hay una buena nómina de empresas en España que, como consecuencia de los avances de los que venimos hablando, han conseguido una mejora de la reputación no solo en el interior de nuestras fronteras, sino también más allá de ellas. La verdad es que, hablando en términos generales, las entidades del país han mejorado su popularidad en un espacio como el Viejo Continente y lo cierto es que esta es una de las grandes noticias de las que puede presumir la economía española, que sigue muy viva a pesar de las circunstancias. 

Una noticia que fue publicada en el diario El País comentaba el caso de tres marcas españolas cuyos productos han sido considerados como de la máxima calidad y cuyo éxito depende, en buena medida, del cuidado que se ha tenido con la gestión de los procesos. Esas tres marcas son Danone, Nestlé y Calidad Pascual, que son auténticas referencias en lo que tiene que ver con la alimentación en este país y que van a seguir ejerciendo el liderazgo en el sector durante los próximos años sin que a nadie le quepa alguna duda al respecto. 

Estamos en un momento en el que la tecnología lo marca absolutamente todo y en la que se ha convertido en la herramienta clave a la hora de garantizar el éxito de las empresas no solo de este país, sino de las entidades de todo el mundo. No apostar por la tecnología es un error del que no nos podríamos recuperar. Y es que no hacerlo es sinónimo de perder todas las opciones no ya de crecimiento, sino de mantenimiento de nuestro nicho de mercado. Si apostamos por la ecuación calidad-tecnología, todo lo positivo se multiplica.

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