A lo largo de los años hemos ido avanzando como sociedad y es que la experiencia y el conocimiento nos ha servido y nos sirve para ir progresando, pero no solo eso, sino que también para ser cada día más inteligentes, más eficientes y, sobre todo, para mirar cada vez con mayor interés al futuro. Y es que el futuro es sinónimo de progreso, un término que habitualmente usamos para referirnos a muchas cuestiones, pero lo cierto es que cuando lo enfocamos hacia las empresas, nos estamos refiriendo a la eficiencia, al cambio generacional y, sobre todo, a la tecnología. Y es que la tecnología siempre es la mejor aliada del futuro, puesto que gracias a ella somos capaces de avanzar y de dar todo de nosotros mismos, algo que nos permite ser lo que en el pasado soñamos y lo que miraremos años más tarde para referirnos a ello como nuestros cimientos. Es por todo ello por lo que la revolución industrial es clave para que las empresas de todo el mundo avancen y, en la actualidad, ya podemos hablar de la cuarta revolución industrial, un cambio lastrado por el coronavirus, pero hacia el que avanzamos a paso firme.
Como os decimos, la pandemia del coronavirus ha hecho que muchas empresas que estaban en plena transformación hayan tenido que ralentizar sus avances para poder hacer frente a la nueva situación, pero sin duda alguna, todas ellas, al menos las que hayan sobrevivido a esta dura crisis sanitaria, bien seguro que volverán a retomar sus planes y es que, entre otras ventajas, la industria 4.0 nos ofrece:
- El flujo de datos es ahora mucho más eficiente gracias a las redes de comunicación. Se reducen los tiempos de reacción y la toma de decisiones.
- Como es lógico, la competitividad empresarial es mucho más elevada. Se da mejor respuesta las necesidades de los mercados, se ofrecen productos de alta calidad y se reacciona de forma más veloz y flexible a los cambios.
- Asegura un gran potencial para conectar a millones de personas por medio de las redes digitales.
- Gracias a la nueva industria, la gestión de los activos es más sostenible, pudiendo incluso regenerar el medio natural.
- La eficiencia de las organizaciones mejora en eficacia de forma manifiesta.
- Obtención de procesos más depurados, repetitivos y sin errores ni alteraciones. Así logramos una producción ininterrumpida y disponible las 24 horas del día. Una ventaja notable para las empresas altamente estacionales, por ejemplo.
- Se optimizan los niveles de calidad. La automatización de procesos permite mayor precisión en pesos, medidas y mezclas. Es más, se evitan los tiempos muertos e interrupciones.
- Obviamente, a mayor eficiencia, mayor ahorro de costes. Los procesos automatizados exigen de menor personal, menos errores y mayor eficacia energética, de materias primas, etc.
- Los tiempos de producción se recortan drásticamente por lo que las empresas pueden aumentar su capacidad de producción, entre otras cuestiones. En este sentido, Replus es una de las compañías que más ha podido aumentar su capacidad productiva gracias al uso de la última tecnología en todos sus procesos de fabricación.
- Se consigue una mayor seguridad para el personal implicado en cada proceso. Este punto es especialmente importante para trabajos a temperaturas elevadas, con grandes pesos o en entornos peligrosos.
- La producción es mucho más flexible, ya que el producto es adaptable a los requerimientos de cada empresa en particular.
Inconvenientes de la Industria 4.0
Como ocurre en todos los aspectos de la vida, no siempre es oro todo lo que reluce, por lo que la industria 4.0 también tiene sus sombras, entre las que destacan:
- El coste de la inversión es ahora más elevado, especialmente al principio. No obstante, hay que tener en cuenta el ROI, y a medio y largo plazo, se recupera de sobra, pero de inicio tal vez no todos puedan hacer frente a los costes.
- La industria 4.0 tiene una enorme dependencia tecnológica, dada la gran especialización requerida en la maquinaria. Así pues, se desarrollan necesidades específicas nuevas que deben ser identificadas y solucionadas lo antes posible.
- Como es lógico, aparece la obsolescencia tecnológica. El riesgo es muy alto y debe ser tenido en cuenta en todo proyecto inicial para calcular el ROI y la amortización de la inversión, entre otros factores.
- No todas las organizaciones se están adaptando a buen ritmo a los nuevos métodos. De hecho, ahora que los cambios son cada día más veloces, muchas industrias corren el riesgo de quedarse muy desactualizadas en poco tiempo.
- No siempre los gobiernos y sus legislaciones cambian y evolucionan a la velocidad que la industria y los avances tecnológicos requieren. Sin embargo, deben regular, y no centrarse únicamente en obtención de beneficios.
- Hay que tener cuidado con los equilibrios de poder, ya que la innovación y el acceso de los recursos pueden hacer que cambien de forma excesiva e incluso peligrosa.
- Los avances industriales a excesiva velocidad pueden permitir que crezcan las desigualdades y que exista cierta fragmentación social.